jueves, 28 de septiembre de 2017

LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL Y LA CONFESIÓN, MEDIOS QUE CONDUCEN A LA SANTIDAD

La tradición salesiana nos atestigua abundantemente como la Confesión es parte integrante de su sistema educativo, la columna, la base, el fundamento, el soporte de toda su pedagogía del Oratorio de Valdocco. Don Bosco utilizaba la Confesión como una ocasión privilegiada de Dirección Espiritual. La confianza espiritual era el clima que reinaba en el Oratorio, de tal manera que para muchos jóvenes el diálogo de la Confesión (Dirección Espiritual) se prolongaba en la vida. La presencia del confesor-director espiritual ofrecía una oportunidad a los muchachos del Oratorio de Don Bosco de comenzar de nuevo con y a través de Cristo.
Por eso, cada confesor salesiano debe ser “un hombre rico de paternidad espiritual”. Con su testimonio, con su caridad iluminada y con su competencia se hace garante sacramentalmente de la respuesta personal y fiel del Señor, y defiende y cuida la profundidad y el crecimiento de la decisión vocacional de los niños, adolescentes, jóvenes, adultos y de sus hermanos de comunidad”. Asimismo, el papel del Director Espiritual está en hacernos conocer lo que Dios quiere de nosotros, las virtudes que debemos practicar, los medios a los cuales tenemos que recurrir, los peligros que hay que prever para no ser infieles a nuestra vocación.
Termino utilizando las mismas palabras que Mons. Oscar Andrés Rodríguez M., SDB dirigía al concluir el Seminario Regional de Dirección Espiritual de los Salesiano: Ojalá puedan llegar a ser cada vez más auténticos “hombres de Dios”, guías espirituales auténticos, amorosos compañeros de camino de los jóvenes que Dios pone a nuestro lado para que podamos hacer realidad la promesa del Señor:
“Pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: “Conoced al Señor” pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande” (Jer 31, 33-34).

¡Joven!
             ¿Quieres vivir en santidad?

                                              Buscaste a un buen Confesor o Director Espiritual.

“Y veras que bueno es el Señor”.


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